miércoles, 2 de octubre de 2019

Tengo que volver a aprender a pensar, tengo que volver a aprender a olvidar...

«Se nos ha enseñado tanto a aferrarnos a las cosas que cuando queremos liberarnos de ellas no sabemos cómo hacerlo. Y si la muerte no viniera a ayudarnos, nuestra terquedad por subsistir nos haría encontrar una fórmula de existencia más allá del desgaste, más allá de la misma senilidad.» (Emil Cioran)


Quién iba a decirme que la paz iba a encontrarse aquí, justo donde estoy hallándola en estos momentos. Bueno, he de reconocer que a veces he disfrutado de la zozobra emocional, incluso yo misma me he sorprendido buscándola como si en la inestabilidad pudiese lograr ver un atisbo de felicidad. Igual era mi cerebro engañándome, o igual las personas como yo nunca estuvimos hechas para quedarnos quietas en un punto fijo.

Los recuerdos siguen invadiéndome la mente de vez en cuando y no es ni mucho menos sencillo luchar contra las garrapatas cognitivas. El estrés y otros problemas del día a día dificultan la guerra que continuamente está librándose dentro de mis meninges. Quién iba a decirme que huir de lo que algún día anhelé y deseé tanto iba a poder aportarme ésa línea en blanco que mi cerebro ansiaba. ¿En mi interior deseo que ésto continúe, deseo volver a experimentar las mismas sensaciones? No lo sé, pero desde luego necesitaba escapar de ti. Ahora es cuando pienso que nunca fue bueno lo que sentí. Tal vez fue sincero, tal vez fue desinteresado y tal vez fue puro, pero desde luego, nunca fue sano para mí. Hay puertas que tienen que cerrarse.

Para no volver a abrirse nunca jamás.

¿Nunca jamás? La felicidad nunca fue mi estilo de vida.


Tengo que agregar que en ningún momento ha sido una decisión, una obra sencilla. Sé que mis demonios terminarán arrastrándome hasta lo más profundo y no puedo garantizar que esto se termina aquí. Pero desde luego sí que puedo prometerme a mí misma que haré todo lo que pueda por escapar de ti. Todo lo que humanamente esté entre mis dedos será puesto en combate para guerrear como llevo tantos años haciéndolo. ¿Quién iba a decir que iba a ser yo quien sacase entereza de donde realmente no la había? Enfádate o moléstate o trátame de enferma, porque supongo que éso es lo que puedo estar desprendiendo ahora mismo. Pero hay algo de lo que estoy segura ahora mismo, y es que estoy muy orgullosa de mí misma. Sentada detrás de la puerta del baño, en el suelo, mientras las lágrimas estaban corriendo por mis mejillas, sintiendo un dolor tan profundo que estaba perforándome las costillas, supe que había hecho lo correcto. Porque no podía seguir soportando las idas y venidas. Demasiado para mi cuerpo frágil.


Ya lo dejé todo aparte, lo puse todo en una pequeña maleta. ¿Será que mi mente es ahora cuando está empezando a reaccionar y a querer tapiar una puerta para que todo el dolor no vuelva a colarse? Ha tardado demasiados años. Pero estabas convirtiendo mi casa en un lugar donde estaba acumulándose la desidia, el dolor, la frustración y la incapacidad para continuar viva. Literalmente creo que estabas aspirándome por dentro, robándome todo lo que era mío y queriendo controlar los mandos de mi cuerpo. Dejar que eso continuase pasando era abocarme hacia el fracaso. Era consciente, pero hasta ahora no había logrado ser capaz de sacar fuerzas de la flaqueza. Es algo que seguramente tendré que mantener en secreto, guardar en lo más profundo de mi mente, y que creo jamás podré confesarle a nadie. No sé tampoco si alguien llegase a comprender la magnitud de la decisión que he tomado, pero creo que con saberlo yo misma, basta, y es suficiente.

No sé qué pasará en el futuro, no sé si esto acabará pesándome en el futuro; supongo que deberé enfrentarme a muchos más momentos de flaqueza, pero no quiero que sean más causados por ésto. No puedo permitírmelo a mí misma. Me siento como si acabase de escapar de unas garras negras y afiladas que me mantenían presa. Como una especie de síndrome de Estocolmo. La libertad es dulce pero al mismo tiempo deseo la seguridad de ésos dedos.


No, ya no quiero eso durante mucho más. Voy a intentarlo con muchísimas ganas aunque no pueda prometerme nada. Si cierro los ojos, me veo.


You get ready, you get all dressed up
To go nowhere in particular
Back to work or the coffee shop
Doesn't matter 'cause it's enough
To be young and in love
~

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