«Estoy herido por un ser y sé
que su herida es hermana de la mía.
Sólo puedo esperar y subsistir
sin cuidarlo, pues yo soy su veneno.
No podremos ya nunca liberarnos
de una amenaza absurda que nos une.
Yo soy amor y hago surgir su odio,
y si yo fuera odio él también lo sería.
Con este malvivir tengo que contentarme
y buscar mi socorro en las palabras,
esperar, esperar y guardar mi tristeza
como un impedimento a mi ardiente suicidio.» (Robert Sabatier)
Quiero llorar, cojones. Ni una sola lágrima estoy consiguiendo arrancar de mis ojos. Ni una sola. En el pasado hubiese sido capaz de llorar hasta deshidratarme, y ahora lo único que puedo hacer es tratar de respirar hondo mientras siento el sudor frío acariciándome las sienes. ¿Es ésto el miedo? ¿Este es el estado de shock que hemos estado tratando tantas veces en la consulta? Ya sé que tengo estrés post-traumático, cojones, lo único que quiero es poder drenar lo que me duele. La amnesia es parcial, no me ha hecho olvidar ciertas cosas que preferiría no conservar en mi cráneo. Si volviera hacia atrás, lo evitaría. Evitaría todo. Si volviese hacia atrás, me hubiese agarrado del pelo y hubiese tirado hacia atrás de mí. Hubiese procurado que me quedase quieta. Que no hubiese movido un sólo dedo. Si pudiese volver hacia atrás lo borraría todo. Para que no me persiga ahora.
Sin duda alguna, si pudiese volver atrás, hubiese hecho todo lo que pudiese para evitar que las cosas hubieran sucedido. Evitaría cruzar una mirada, lo evitaría todo. No evitaría lo malo. No evitaría el dolor.
Lo evitaría todo.
En estos momentos es cuando prefiriese diez mil veces más que estuviese él agarrándome del cuello mientras me insulta y tiemblo. El dolor físico es mil veces más deseable que el emocional que siento ahora. Ahora no me importan las bofetadas. Ahora no me importan los insultos, el acoso, las humillaciones, los moratones ocultos para que nadie me pregunte más de dos veces sobre "mi torpeza". Esto es un cáncer. Preferiría cientos de veces más estar sujeta mientras pataleo y grito para que me suelten. Lo preferiría a ésto. Lo preferiría a las manchas de recuerdos fugaces, a la opresión en el pecho, a las dificultades para respirar, a las noches que no terminan. ¿Qué cojones hago, cómo me libro de ésto? Prefiero mil veces que me volviera a dar una patada, así al menos podría sentir algo y llorar porque me duele. Porque ahora parece que no estoy sintiendo una puta mierda, solamente porque no se me caen las lágrimas. Sólo tiemblo.
Como una estúpida.
Arrinconada en la pared, agarrando mis rodillas y apretándolas contra mi pecho mientras parece que hay algo por dentro que está llevándose todo el aire que intenta visitar mis pulmones. Recuerdo aquellas noches oscuras en mi habitación en las que lo que más miedo me daba era que llegase la luz del día. No más días es lo único que pedía en aquel momento. La cama deshecha, las sábanas hechas un ovillo y llenas de sudor; yo temblorosa en una esquina con los ojos tan hinchados de llorar que apenas si podía distinguir mi propia figura en el espejo. En ésos momentos yo pensaba que me moría, pero no tenía nada que ver con lo que siento ahora.
Recuerdo que por aquel entonces tenía los brazos llenos de heridas. Encontraba cualquier tipo de objeto punzante y, cuando ya no tenía más fuerzas para seguir llorando, el ver la sangre brotar de las heridas era reconfortante. Lloraba un poco más. Yo nunca me perdoné a mí misma porque antes de la visita ya estaba prácticamente rota, lo único que ocurrió es que corté a la gente con mis propios cortes. Hace escasos minutos he vuelto del cuarto de baño, y he vuelto a ver la sangre brotar.
No ha sido hipnótico, ni placentero, ni siquiera ha conseguido hacerme llorar. Antes incluso sentía un pequeño escozor cuando la cuchilla me cortaba, y ahora no he sido capaz de advertir esa pequeña punzada. Me he quedado quieta, mirándolo, como si estuviese esperando a que el dolor físico hiciese su magia y me trajese al presente. ¿Eso significa que si ahora recibiese una patada en la cabeza, tampoco lloraría? ¿Me quedaría quieta, sin sentir ningún tipo de daño, simplemente, parada mirando hacia la nada? Se agotan las vías de escape. Hacía tiempo que no sentía que las conductas de escape no me servían de nada.
Me oigo desandar.
Está jodido volver a sentir aire en mis pulmones.
Sin duda alguna, si pudiese volver atrás, hubiese hecho todo lo que pudiese para evitar que las cosas hubieran sucedido. Evitaría cruzar una mirada, lo evitaría todo. No evitaría lo malo. No evitaría el dolor.
Lo evitaría todo.
En estos momentos es cuando prefiriese diez mil veces más que estuviese él agarrándome del cuello mientras me insulta y tiemblo. El dolor físico es mil veces más deseable que el emocional que siento ahora. Ahora no me importan las bofetadas. Ahora no me importan los insultos, el acoso, las humillaciones, los moratones ocultos para que nadie me pregunte más de dos veces sobre "mi torpeza". Esto es un cáncer. Preferiría cientos de veces más estar sujeta mientras pataleo y grito para que me suelten. Lo preferiría a ésto. Lo preferiría a las manchas de recuerdos fugaces, a la opresión en el pecho, a las dificultades para respirar, a las noches que no terminan. ¿Qué cojones hago, cómo me libro de ésto? Prefiero mil veces que me volviera a dar una patada, así al menos podría sentir algo y llorar porque me duele. Porque ahora parece que no estoy sintiendo una puta mierda, solamente porque no se me caen las lágrimas. Sólo tiemblo.
Como una estúpida.
Arrinconada en la pared, agarrando mis rodillas y apretándolas contra mi pecho mientras parece que hay algo por dentro que está llevándose todo el aire que intenta visitar mis pulmones. Recuerdo aquellas noches oscuras en mi habitación en las que lo que más miedo me daba era que llegase la luz del día. No más días es lo único que pedía en aquel momento. La cama deshecha, las sábanas hechas un ovillo y llenas de sudor; yo temblorosa en una esquina con los ojos tan hinchados de llorar que apenas si podía distinguir mi propia figura en el espejo. En ésos momentos yo pensaba que me moría, pero no tenía nada que ver con lo que siento ahora.
Recuerdo que por aquel entonces tenía los brazos llenos de heridas. Encontraba cualquier tipo de objeto punzante y, cuando ya no tenía más fuerzas para seguir llorando, el ver la sangre brotar de las heridas era reconfortante. Lloraba un poco más. Yo nunca me perdoné a mí misma porque antes de la visita ya estaba prácticamente rota, lo único que ocurrió es que corté a la gente con mis propios cortes. Hace escasos minutos he vuelto del cuarto de baño, y he vuelto a ver la sangre brotar.
No ha sido hipnótico, ni placentero, ni siquiera ha conseguido hacerme llorar. Antes incluso sentía un pequeño escozor cuando la cuchilla me cortaba, y ahora no he sido capaz de advertir esa pequeña punzada. Me he quedado quieta, mirándolo, como si estuviese esperando a que el dolor físico hiciese su magia y me trajese al presente. ¿Eso significa que si ahora recibiese una patada en la cabeza, tampoco lloraría? ¿Me quedaría quieta, sin sentir ningún tipo de daño, simplemente, parada mirando hacia la nada? Se agotan las vías de escape. Hacía tiempo que no sentía que las conductas de escape no me servían de nada.
Me oigo desandar.
Está jodido volver a sentir aire en mis pulmones.
I guess you didn't care
And I guess I liked that
And when I fell hard
You took a step back
Without me, without me, without me
~
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