«Me he acostumbrado a estar triste, a ahogarme en el éxtasis del dolor, a sentir cómo mi alma es atravesada por una infinita amargura y quedarme ahí solo, a oscuras, cubierto por el frío.» (Valtiel Leitlav)
Estoy llorando, aún no me lo creo. Hacía mucho tiempo que no sentía ésta necesidad tan ingente de llorar. Como si a lo largo de los años no hubiese aprendido que no sirve de nada. Porque todas las veces que lloré y todas las veces que supliqué nunca dieron sus frutos. Llorar era una pérdida de tiempo. Sólo me hacía ver más débil de lo que ya era. Sólo me recordaba lo mortal que soy, la fragilidad que tenían mis huesos. Llorar y arrepentirme nunca me sirvieron de nada, el amor se acababa. Aún no he sabido hallar precisamente cuál es el motivo por el que estoy llorando; no sé si es verdadera tristeza por lo que acaba de suceder, no sé si es impotencia o rabia, tal vez mezclado con un poco de odio hacia mí misma y hacia la situación; no sé si es porque estás aquí pero al mismo tiempo no lo estás. No sé si es por este asqueroso zumbido que está desde hace días reventándome la cabeza. No sé por qué ocurre nada, y sé que todo el tiempo estaré devanándome la cabeza por encontrar un motivo. Las palabras duelen, pero nadie se preocupa de cuidarlas. No podía esperar que sucediera ahora. No he estado envenenándome durante mucho tiempo, simplemente me he dado cuenta de que hay cosas que no pueden continuar. Sé que a veces mis pensamientos son malos para mí. Sé que te echo de menos.
No sé por qué lloro si ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que realmente no sirve para nada. Las lágrimas no ablandan a nadie, ni tan siquiera se toman en cuenta muchas veces. A la única a la que le importan es a mí. Hay demasiadas cosas que mi alcance no puede sujetar. Tengo la mandíbula tan apretada que ha empezado a dolerme en el hueso que hay cerca de las orejas. Estoy esforzándome por algo que a nadie más le importa. A veces parece que soy la única que está hecha de carne y hueso. En éstos precisos momentos siento que odio a todo el mundo. El nudo que hay en mi garganta está más apretado que nunca y la presión dentro de mi cabeza se torna insoportable. Unido al calor, todo ésto parece ser un arma de destrucción masiva. Sí, es que creo que realmente no estaba pidiendo nada del otro mundo. Prefiero que no me hables. Cierro los ojos. Vale. Yo no importo. Ya me quedó claro muchísimos años atrás, no hacía falta que se me recordara continuamente. La víctima. Cierro los ojos otra vez. La música no palia. No sirve.
Te juro que no quiero que vuelvas, pero tampoco quiero que te vayas.
He tomado en demasiadas ocasiones la determinación de alejarme porque es lo más positivo. Esta vez, en ésta precisa ocasión, no siento que haya hecho nada malo. No me he estado envenenando. Simplemente es que creo que hay algo que no me deja dormir por las noches. Tampoco se va. Esta ahí. Mirándome. Impasible. Silencioso. Bueno, no es del todo silencioso, a veces hace ruido. Sólo tengo que esperar un poco a que me haga efecto la pastilla y ya está, es en lo que puedo refugiarme ahora. Desde luego, esperaba muchísimas cosas del día de hoy, pero no esto. Tomo aire por la nariz y lo expulso por la boca. Esto no es vida. ¿Por qué me sucede a mí todo el tiempo? A medias siempre. En el limbo entre el sí y el no. Hay cosas que no se marchan nunca y hay personas que nos van a acompañar durante toda nuestra vida. Para bien o para mal.
Si tan sólo pudiese hacerte comprender una mínima parte del dolor que siento, creo que no estarías haciendo ésto que haces.
¿Y si nos vamos lejos?
¿Y si nos vamos lejos?
Feels like a close, it's coming to
Fuck am I gonna do?
It's too late to start over
This is the only thing I, thing I know
~
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