lunes, 1 de julio de 2019

Imagíname: no puedo existir si no me imaginas.

«Un punto importante de la sabiduría de la vida consiste en hallar la recta proporción entre el cuidado que prestamos al presente y el que dedicamos al futuro, de modo que ninguno de los dos anule al otro. Muchos viven demasiado sumidos en le presente: son los frívolos; otros piensan demasiado en el futuro: son los pusilánimes y aprehensivos. Rara vez se encuentra a alguien que guarde el justo equilibrio. Aquellos que por sus deseos y esperanzas sólo viven en el futuro, que miran siempre hacia adelante y se lanzan impacientes hacia lo que viene, creyendo que les habrá de traer la verdadera felicidad y, mientras tanto, dejan pasar el presente sin prestarle atención o disfrutarlo, son comparables, no obstante su prevención petulante, a esos asnos a los que en Italia se les ata a la cabeza, para que aceleren su trote, un palo del que cuelga un haz de heno que ven continuamente ante sus ojos y creen poder alcanzar.» (Arthur Shopenhauer)


A lo largo de mi vida y de mis crisis, una solución que encontraba para poder localizar el dolor que sentía (más bien, una manera de traducir el dolor emocional en dolor físico) era auto-lesionarme. Cogía la primera cuchilla que veía por casa, y la pasaba por mis brazos. Sentía alivio, era alivio de verdad. Tengo una bonita colección de cicatrices en las piernas. La mayoría de veces, escuecen un poco, después duelen, y después ya no sientes nada. Las prefiero mil veces al dolor emocional. A las heridas que hacen el dolor emocional.

Ésas duran para siempre.


Algunas veces creo que te fallan las formas, sinceramente. Si sabes que soy una persona sensible y que debes tener un poco de cuidado y cariño para decirme las cosas, por favor, no me grites. No me insultes. Cierro los ojos y se me cae una lágrima. Ha sido una tontería. Pensaba que no iba a suceder más, pero sigue pasando. Vivo en carne viva y, muchas veces, lo único que recibo son estufidos. Necesito una caricia. Sé que has pasado un mal día, yo también, estoy enferma; por favor, no me destroces. Pero lo hace. Todas las personas me destrozan de alguna forma u otra. Las hay quienes se arrepienten y siguen cuidándome. Las hay quienes simplemente se han acostumbrado a mi presencia y ya no quieren luchar por sacarme una sonrisa. Sólo quiero equilibrio emocional. El que ya tuve y perdí porque no sabía lo que tenía entre mis manos. No sabía gestionarlo, supongo que era inconcebible para mí. Pero sucedió.

Descubrir que tenía una enfermedad mental marcó un puente entre lo anterior y lo posterior. Dios, cómo necesitaría ahora mismo una puta caricia. 


Creo que hay muy pocas maneras de expresar lo que siento. No sé si queda amor para mí, pero es que creo que realmente ahora lo necesito. 



Sin querer, pienso todo el tiempo que estoy en el lugar incorrecto. Siento que nado contra corriente y que soy la única que lo está haciendo. La única que se esfuerza en eliminar un poco sus problemas del camino para que no obstaculicen a los demás, mientras que a los demás no les importa arramblar con todo a su paso. Ya sé que soy más delicada que todas las demás personas y sé que mis sentimientos y emociones son mucho más susceptibles, pero también empiezo a ser más consciente de que soy la única que lucha, al menos, por su mente. Porque a veces me fallan las fuerzas, pero no quiero que mi dolor se contagie a los demás; odio pagar lo que me ocurre con las personas que me quieren. Antes no podía controlarlo, y ahora sé más o menos. Sé que si digo lo que pienso, lo único que va a suceder es que me encarcelaré a mí misma. Condenarme a otra noche en vela pensando en lo que podría haber sucedido no es lo que necesito.

Necesito una caricia. Suspiro y cierro los ojos otra vez. Tratando de calmarme, haciendo un gran esfuerzo. No puedo evitar pensarlo todo el tiempo. Letras obsesivas recorriendo mi mente, a veces la posibilidad de un futuro alternativo sabe dulce.



Lo que me duele no puede curarse con medicamentos. No puedo detener mi propia mente y mis propios anhelos, aunque sea plenamente consciente de que no son los adecuados. Ése camino no estaba hecho para mí, tal vez no estuviese condenado al fracaso, simplemente se terminaba justo ahí. Pero parece que mi mente no quiere hacerse del todo a ésto. Quiere estar continuamente recordándome que en realidad tengo otros deseos, y que si surgiese la más mínima oportunidad, tal vez, me lo plantearía. Volvería a pensarlo. Volvería a ilusionarme.

Volvería.



It's you, it's you, it's all for you
Everything I do
I tell you all the time
Heaven is a place on earth with you
Tell me all the things you want to do
I heard that you like the bad girls honey, is that true?
It's better than I ever even knew
They say that the world was built for two
Only worth living if somebody is loving you
Baby now you do
~

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