viernes, 18 de mayo de 2018

No hacemos más en la vida que ir buscando el lugar donde quedarnos para siempre.

«Cada vez iré sintiendo menos y recordando más.» (Julio Cortázar)


No he podido más y he estallado en dolor.

He tenido que encerrarme en el cuarto de baño para que nadie me escuchara llorar. He dicho cosas horribles y me siento muy culpable, pero casi todo lo que tenía adentro se ha ido. No, nunca se va del todo; por desgracia, siempre queda algún resquicio por dentro que se niega a irse. No sé qué hacer para remediarlo y, por mucho que me lo proponga, hay cosas que creo que no pueden remediarse. No soy capaz de superar, no soy capaz de seguir caminando hacia adelante cuando hay realmente tantísimos obstáculos por salvaguardar. Hubiese querido realmente hacerlo, pero han sido tantas las cosas que se me han venido encima que de verdad está costándome muchísimo mantenerme con vida; la tentación de abalanzarme contra la caja de pastillas está rascándome la cabeza, pero al mismo tiempo, la culpabilidad por saber que la gente no superaría mi muerte me intenta lamer la tripa. Qué sensación tan desagradable, la de querer morir y no poder hacerlo.


Ya apenas me quedan fuerzas. Hoy me había impuesto a mí misma el estudiar, el concentrarme y centrarme estudiando, el darlo absolutamente todo porque hoy fuese un día productivo, pero hay algo que me lo impide. No sabría decir el qué. No soy capaz de centrarme completamente, enseguida me invade un estrés desagradable del que no sé desprenderme. Los ejercicios, la relajación y todo lo demás no han servido absolutamente de nada. Todas las pautas de control de la ansiedad y el estrés que me han ido dando a lo largo de la terapia tampoco han hecho demasiado efecto. ¿Qué hacer cuando todo falla? Realmente necesito a una persona con la que poder desahogarme, contar todo lo que me duele y que me ayude. ¿Es muy egoísta pedir que alguien pueda salvarme? Ya lo pido porque he comprobado que yo sola no puedo hacerlo...

Todas mis palabras, ideas y pensamientos son inconexos, incoherentes y carecen de sentido. Sé que todo lo que tengo que hacer para desprenderme del dolor es mezclar algunos ingredientes que me harán dormirme para siempre, pero realmente no puedo ser tan asquerosamente egoísta y dejarlo todo atrás. Siempre sacrificándome por los demás. Siempre todo por ellos y, en el momento de la verdad, ellos no quieren hacer nada por mí.

Si tan sólo supieran una pequeña parte del dolor que siento.


He tenido que escuchar más de una vez (y de dos, y de tres...) aquello de: «Puedo imaginarme lo mal que lo estás pasando», sin obtener ningún tipo de ayuda. Todo el mundo se echa las manos a la cabeza cuando ve que te has auto-lesionado o que has tomado demasiadas pastillas, pero cuando llega el momento de la verdad, el momento en que podrías ayudar de verdad, nadie está ahí. Todos parecen estar demasiado ocupados haciéndome daño como para intentar ayudarme de alguna manera. Incluso cuando me reiteran que me darán toda la ayuda de la que quiera disponer. No, mentiras. No me la darán porque es más fácil herir con palabras que intentar acoger con las mismas.

Y quizás es que solamente necesite eso; una pequeña muestra de cariño, una palmadita en la espalda, un beso de aliento, una sonrisa sincera.


Ya no sé cómo hacer las cosas bien. 


I have never heard a silence quite so loud
I walk in the room and you don't make a sound, make a sound
You're good at making me feel small
If it doesn't hurt me, why do I still cry?
If it didn't kill me, then I'm half alive
~

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