«Las cicatrices son sitios por donde el alma ha intentado marcharse y ha sido obligada a volver, ha sido encerrada, cosida dentro.» (J.M. Coetzee)
Vuelvo a estar completamente destrozada por dentro. Y no sé qué es lo que me sucede exactamente.
Cada vez que tengo que enfrentarme a los apuntes, es otra vez que el corazón se me acelera, aparecen las ganas de vomitar y el estrés anómalo que hace que me tiemble todo el cuerpo. Pero, sin embargo, sigo encabezonada en que tengo que continuar aquí, como si esto fuese efectivamente mi camino, y no hubiese más, y debiese hacerlo sí o sí.
Los estudios cada vez se me hacen más complicados. Tal vez sea por el hecho de que tengo que estudiar online gracias a mi fobia social. La mayoría de conceptos no los entiendo, se me hacen un lío y, por mucho que los trate de entender, hay algún tipo de mecanismo en mi cabeza que no se activa. A ello debemos sumarle la gran cantidad de material que me es enviado; no estoy acostumbrada a tener que estudiar manuales de 100 páginas largas (a veces, incluso, de 700) en un período tan corto de tiempo. Y si esto es así durante el primer cuatrimestre y, según los demás, la carrera va complicándose con el paso del tiempo, ¿qué es lo que me espera a mí los siguientes años de mi vida? ¿Más estrés, agobio y cansancio, a cambio de algo que ni siquiera sé si es mi sueño? ¿Sobre algo que no sé si es lo que realmente quiero hacer? Lo del online era provisional... ¿y si el año que viene tengo que volver a enfrentarme a todo?
Todos estos (y más) pensamientos son los que están rondando mi cabeza todo el tiempo, sumergiéndome en una vorágine de estrés sin sentido. Se supone que debería estar disfrutando lo que estudio y, sin embargo, aquí estoy; a punto de echarme a llorar porque no sé interpretar bien los resultados de un test que no me han explicado.
En muchas ocasiones, incluso he llegado a pensar que me trato de una persona tonta.
He pasado todo Bachillerato tratando de apelar a mi memoria para poder salir de allí. Cuando estaba cursando Bachillerato, mi motivación principal era salir de aquí. Irme a vivir a otro lugar. Quizás empezar de cero, empezar con todas las cosas de nuevo y alejarme de aquellos que parecían querer pisotearme sólo por estar enferma. Pero realmente no solamente no lo conseguí, puesto que al final me acongojé, sino que, además, conseguí quedarme en uno de los peores sitios en los que había podido estar nunca. El estrés me consumió, y enseguida me sumí en una profunda depresión que aún a día de hoy arrastro sin poder deshacerme de ella. Es curioso que incluso las cosas que dentro de mi carrera parecían despertar mi interés ni siquiera consigan hacerlo. Antes podía incluso suscitar mi curiosidad, tener ganas de integrarme en mis propios apuntes, y ahora... sencillamente no consigo hacerlo. Doy gracias cuando tengo un rato de paz para mí misma en el que poder desconectar de todo lo que hay alrededor, pero sé que al día siguiente será mucho peor porque habrá más temario que estudiar, más conceptos que no entenderé, que nadie me explicará y, en resumen, más estrés que aguantar.
Pero se supone que esto es lo que se ha de hacer para enfrentarnos a la vida, ¿no? Estudiar, madurar, buscar un buen puesto de trabajo en el que desenvolvernos y permanecer todo el tiempo atenta para intentar entender más cosas.
Los resultados en mis exámenes no han sido malos, pero tampoco han sido completamente buenos. Hacía tiempo que no experimentaba en mis carnes el alivio de haber suspendido solamente dos asignaturas. Antes era justo todo lo contrario.
Dentro de poco se acercará el momento de elegir y, por el momento, lo único que tengo claro es que realmente nada está claro en mi vida.
I run away when things are good
And never really understood
The way you laid your eyes on me
In ways that no one ever could
And so it seems I broke your heart
My ignorance has struck again
I failed to see it from the start
And tore you open 'til the end
~
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